Los Programas de Intercambio ayudan mucho a los jóvenes a ver la vida de una manera diferente, es decir los ayuda a madurar en el ámbito estudiantil, laboral y social. Ya que al irse solos a vivir nuevas experiencias en un país nuevo y con personas que comparten diferentes culturas, pueden empezar a desenvolverse. Al salir de su zona de confort y al tener que resolver problemas por su cuenta hace que las personas que participan en el programa de intercambio se hagan mucho más independientes.
Muchos de los jóvenes que participan en los Programas de Intercambio dicen tener una mezcla de sentimientos al experimentarlo, puesto que están entrando en una nueva etapa de su vida y temen fallar, pero después de haberlo vivido sus pensamientos cambian.
Además, quienes han realizado intercambios reconocen que la experiencia les ha dado una mayor sensibilidad intercultural e interés por conocer más culturas. En general, gran parte de las experiencias son positivas que han dejado un significado muy grande a nivel personal. El intercambio no solo les dio madurez sino que ayudó a cada uno de ellos a ser más tolerantes, empáticos y respetuosos. Y no menos importante los ayuda a adaptarse a distintas circunstancias de la vida, sin mucho temor a los cambios y se dan la oportunidad de asumir nuevas metas sin conformaciones.